Los Niños de Huang Shi

Título original: The Children of Huang Shi.

Dirección: Roger Spottiswoode.
Países: China, Australia y Alemania.
Año: 2008.
Duración: 114 min.
Género: Drama.
Interpretación: Jonathan Rhys Meyers (George Hogg), Radha Mitchell (Lee Pearson), Chow Yun Fat (Jack Chen), Michelle Yeoh (Madame Wang), David Wenham (Barnes), Guang Li (Shi Kai).
Guión: James MacManus y Jane Hawksley.
Producción: Arthur Cohn, Wieland Schulz-Keil, Peter Loehr, Jonathan Shteinman y Martin Hagemann.
Música: David Hirschfelder.
Fotografía: Zhao Xiaoding.
Montaje: Geoffrey Lamb.
Diseño de producción: Steven Jones-Evans.
Dirección artística: Xin Ming Huang y Peta Lawson.
Vestuario: Wenyan Gao y Kym Barrett.

Sinopsis
George Hogg, un joven periodista inglés, llega a China en los años 30 cuando el país está siendo tomado por las tropas japonesas. Hogg se libra de la muerte gracias a un líder de la resistencia china, Jack Chen y, en su huida, acaba refugiándose en el orfanato de Huang Shi. Con el ejército japonés cada vez más cerca, Hogg intenta salvar a los 60 niños del orfanato embarcándoles en un agotador viaje a través de montañas y desiertos, acompañados por Jack y una enfermera norteamericana.


Crítica
Esta película, basada en hechos reales, cuenta la hazaña de un hombre que no la pretendía, simplemente las circunstancias lo pusieron ahí y él hizo lo que tenía que hacer. Es una historia interesante, ya que la historia da un giro inesperado para Hogg al llegar al orfanato, ya que él lo que pretendía era sacar fotos y documentar la guerra... Y finalmente se vió envuelto más de lo que esperaba en la vida de aquellos niños.

La película comienza bien, aunque luego pierde un poco de fuelle. En la parte del orfanato, hay veces que da la sensación de que la historia no avanza. Se podrían haber ahorrado unos minutos de metraje ahí. Pero el principal problema de la película es una dirección correcta técnicamente pero a la que le falta hacer que la película conecte con el espectador como debería. Esto se ve claramente porque es una película con muchos sentimientos por medio, con todo el tema de los niños y también su historia romántica, pero el espectador no se ve implicado y, aunque no aburre, se echa en falta que haga que nos impliquemos más y que nos importe.

Actores de solvencia contrastada como Jonathan Rhys Meyers, Chow Yun-Fat y, sobre todo, Radha Mitchell cumplen sin más. Tal vez la dirección de actores se haya visto afectada también por la sosera.

Una película con una historia interesante y que se ve sin problemas, pero que no termina de llegar al espectador y se queda en simplemente correcta.


Puntuación: 6