Underworld: La Rebelión de los Licántropos

Título original: Underworld: Rise of the Lycans.
Dirección: Patrick Tatopoulos.
País: USA.
Año: 2009.
Duración: 92 min.
Género: Acción.
Interpretación: Michael Sheen (Lucian), Bill Nighy (Viktor), Rhona Mitra (Sonja), Steven Mackintosh (Tannis), Kevin Grevioux (Raze).
Guión: Danny McBride, Dirk Blackman y Howard McCain; basado en un argumento de Danny McBride, Len Wiseman y Robert Orr; sobre los personajes creados por Danny McBride, Len Wiseman y Kevin Grevioux.
Producción: Len Wiseman, Tom Rosenberg, Gary Lucchesi y Richard Wright.
Música: Paul Haslinger.
Fotografía: Ross Emery.
Montaje: Peter Amundson.
Diseño de producción: Dan Hennah.
Vestuario: Jane Holland.


Sinopsis
Su historia se centrará en la llamada Edad Oscura, cuando un joven licántropo de nombre Lucian emergerá como un nuevo líder que tratará de derrocar a Viktor, el cruel líder vampiro que ha mantenido esclavizada a su especie desde su creación; Lucian tendrá un aliado secreto, Sonja, su amante y la hija de Viktor, en una lucha en busca de la libertad.


Crítica
Pues esta es la película que cierra la trilogía de "Underworld", al menos de momento... Se podría haber optado por continuar la historia, ya que era totalmente posible, pero han elegido hacer esta película a modo de precuela y contar así el inicio de la guerra entre los vampiros y los licántropos. Seguramente un factor decisivo era que Kate Beckinsale no estaría muy por la labor de volver a encarnar al personaje de Selene al que ya dio vida en las dos primeras películas de la saga.

La historia es simple, y tampoco se pedía mucho más... Una historia de un amor imposible entre una "princesita" vampiro y un esclavo licántropo que acaba desencadenando un enfrentamiento entre ambas razas. Al ser una época distinta, medieval (ya se vieron algunos momentos ambientados en una época similar en "Underworld: Evolution"), la ambientación es muy distinta a la del "inframundo" reflejado en los anteriores films de la trilogía, pero se mantiene el "espíritu".

La fotografía es del mismo estilo, con tonos grises azulados, y tanto los decorados como el vestuario no están nada mal. Quizás lo menos destacable son los efectos especiales, pero las películas de esta saga no han sido nunca superproducciones.

Patrick Tatopoulos, que en las anteriores entregas se encargó precisamente de los efectos especiales, lleva a cabo en esta ocasión las funciones del director, y satisfactoriamente, ya que consigue una película entretenida en todo momento y con las escenas de acción bien rodadas... Y, al fin y al cabo, era lo que tenía que hacer en esta película.

La interpretación no es que sea un aspecto muy destacable en la película, y tampoco parece que se hayan preocupado mucho del tema, excepto Bill Nighy... Y Rhona Mitra tiene una actuación destacable, pero para mal.

En definitiva, la película no lleva al nivel de "Underworld" o "Underworld: Evolution", es más un complemento a la historia a modo de "curiosidad", pero resulta entretenida si te gustan las películas de acción fantásticas...


Puntuación: 6

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